Segundo capítulo de nuestra sección ‘Canciones que dan Cosica’ de la mano de Martirios Fuertes. Hoy: ‘Valerie’, de Amy Winehouse. ¿Será cosica de la buena o de la mala?
Que te den un puñetazo en la boca del estómago cuando acabas de comer no es nada recomendable. Algo así fue lo que sentí la primera vez que escuche esta canción. Hizo qué mi cuerpo entero se estremeciera. Hay golpes y golpes, claro.
Era el verano del 2007 y sumado al calor y a la humedad, una chica demasiado delgada y bajita para ser real estaba desgarrando su garganta en el escenario, sobrada de voz, pintada como Cleopatra en sus mejores tiempos, relajada, con un moño totalmente imposible, parecía que se había traído a su gato desde Inglaterra y se lo había guardado allí para pasar la frontera, yo no me podía mover de lo alucinada que estaba.
Se puso a cantar una canción que hablaba de un tipo enamorado de una tal “Valerie”, desgranaba la letra de una forma suave, y supe en aquel momento que me había ganado para su causa. Me acababa de convertir en fan de Amy Winehouse y de sus horrorosos tatuajes de macarra. Después averigüe que la canción original era de 2006 compuesta por grupo Indie que no tubo mucho éxito “THE ZUTOMS”.
La original suena realmente bien, pero Mark Ronson supo darle un giro y aprovechó el particular talento vocal de Amy Winehouse exprimiendo al máximo el soul de su voz, combinándolo con el motown y el pop clásico y el ingrediente de los instrumentos de viento que acompañaban en determinados momentos de la canción hicieron de esta que acabara ganando por goleada a la original.
Cada vez que la escucho vuelvo a aquel verano, a verme sentada en el suelo mientras disfrutaba de su voz y ella al fondo cantando mientras dos macizorros le hacían los coros (ay los macizorros), y yo feliz e inocente de tantas cosas que han pasado después, que iréis descubriendo en cada canción que me da cosica.
Aquí os dejo el video que yo disfruté en directo
Y terminó dando cosica, mucha. Tan sola y tan rodeada de gente.
Valerie ha sido y será un temazo desde el minuto cero, aunque la versionee Camela. El estudio de Amy, glorioso; y el directo ha conseguido ponerme la piel de gallina en todo el cuerpo. Doble repeluco, porque ya nunca podrá volver a ser.
Yo la escuché por primera vez ejecutada (y nunca mejor dicho) en un karaoke portátil en una Royal Wedding Party en casa de una pareja gay en Londres… Y aún así me enamoró de tal forma que ya nunca más ha salido de mi iPod.