El B-side Festival de Molina del Segura ha llegado este año a su séptima edición. Una edición con un cartel que se anunció bastante avanzadas las fechas, pero que no impidió que más de 4,000 personas, según la organización, se acercasen a disfrutarlo.
En esta edición se ha echado en falta la presencia de algún grupo extranjero, como venía siendo habitual en otras ediciones, así como la duración del festival, sensiblemente inferior en tiempo de actuaciones, si descartamos del cómputo la sesión de Dj Amable.
El festival, veterano en la organización, demostró que se puede hacer un evento de estas características con suficiente estilo y con los medios adecuados. Un buen espacio, cómodo y con césped abundante para poder bailar o estar sentado, una capacidad adecuada de servicios: barras, aseos, seguridad…, aunque las empresas de comidas presentes probablemente se vieron desbordadas en algunos momentos, por la avalancha de público a horas puntuales.
Los conciertos fueron puntuales y ajustados a los horarios. Comenzaron los chicos de Varry Brava. Los oriholanos, con la banda afincada en Murcia, han tenido una progresión meteórica en el último año, y tras pasearse por toda la geografía española, de festival en festival, volvieron a su tierra de adopción para ofrecer un repaso a su primer disco, ofrecer algunos de los temas que estarán presentes en su segundo disco, cuya creación y grabación la han compaginado con los bolos de este verano, y cerraron con uno de sus temas más reconocibles y bailables “Radioactivo”. Pese a ser los que abrían el escenario, y teniendo en cuenta que el público no estuvo al completo hasta un par de horas después, tuvieron un público entregado y con ganas de pasarlo bien.
Second tomó el testigo, y fue fácil hacer bailar a un público entregado que coreaba todas sus canciones. Sin duda, Second es un ejemplo de que se puede ser profeta en su tierra. Su primera aparición en el B-Side Festival fue uno de los conciertos con mejor comunión con el público que les recuerdo de esta temporada, quizá comparable al del Sonorama. Ligeras variaciones en el directo, más eléctricos en muchos de los temas y la movilidad de Sean Frutos, como seña de identidad estética en muchos de sus conciertos, hicieron que la gente pudiera disfrutar y agradeciesen, con aplausos y buena energía que llegó hasta el escenario, el buen hacer de la banda murciana.
Tras otro set de Djs para amenizar los cambios de escenario, saltaron a escena los esperados Supersubmarina. Son uno de los grupos de moda del momento y con tan solo un disco y un EP en el mercado, se han convertido en ídolos de masas a un ritmo vertiginoso. Son un grupo que ha estado presente en prácticamente todos los festivales de música indie/pop/rock (que malo es esto de ertiquetar la música, aunque a veces sea necesario) que se han realizado en España, y que han llenado todos sus conciertos, gracias en parte a un público que se identifica con sus canciones, su edad y la figura de su carismático líder, y en parte por temas potentes, bien construidos y muy bien producidos, que hicieron de su disco de presentación toda una declaración de intenciones. El concierto del B-Side Festival fue, sin duda alguna, el mejor que les he visto esta temporada. Una actitud más enérgica en el escenario y una continuidad en los temas sin sobresaltos, fueron las claves de esta mejoría, aunque el setilist, los guiños al festival/ciudad que los acoge y algunas de las frases dirigidas al público fuesen calcadas a las que se han hecho durante todo el verano. Incomprensiblemente para un grupo con tan poco repertorio y un concierto de menos de una hora, pero al igual que en todas las ocasiones, hicieron un bis, para remarcar su posición en el cartel.
El y Ella Djs nos sorprendieron en el Electromar Festival de este verano y no fueron menos en la mini sesión que se marcaron después de Supersubmarina. Enlazando temazo tras temazo era imposible alejarse del escenario, o al menos hacerlo sin bailar y cantar cada una de las canciones que pincharon, desde “What you know” de Two Door Cinema Club a un remix de “Toro” de El Columpio Asesino.
Los indiscutibles cabezas de cartel eran Lori Meyers que nunca defraudan en directo y han ido creciendo bolo tras bolo, disco tras disco, año tras año, hasta que han conseguido la fórmula perfecta para el triunfo, Donde van, arrasan, y en Molina no fue menos. Un concierto veloz, enérgico, con un setlist cargado de canciones de todo su repertorio, hicieron que Noni, Ale, Alfredo y los demás componentes de la banda nos hicieran bailar y disfrutar de un gran concierto. La maestría se demuestra en escena, y Noni tuvo detalles de eso, quizá sutiles, pero muy valiosos cuando has visto varios conciertos y ves cómo sale de apuros y fallos técnicos sin que se note nada. Hacia final del concierto, antes del bis clásico con el que cierran sus conciertos últimamente, Noni invitó a subir al escenario a José “Chino”, el líder de Supersubmarina, pasándole su propia guitarra eléctrica para que acompañase a la banda en una versión a dos voces de “Vigilia”, todo un gesto de una banda consolidada y abierta a los cambios como Lori Meyers, y un reconocimiento para el esfuerzo y el ascenso meteórico de los de Baeza.
Lori Meyers cerró con cuatro temas, tras un bis, para que el público no parase de bailar durante más de 15 minutos seguidos: Religión, Aha han vuelto, Mi realidad y Alta fidelidad, como gran colofón.
Acto seguido, nos amenizó el cambio de escenario Virginia Diaz, la presentadora de 180 grados de Radio 3 con una sesión que supo a poco y empezó con el nuevo tema de Sidonie que había estrenado ella en su programa esta misma semana. “El bosque” es el adelanto de “El fluido García”, la vuelta a la psicodelía de finales de los 60 de Sidonie.
Cerraban el cartel de grupos The Leadings, cuyo cantante era el único artista de la noche que era de Molina del Segura, por lo que fue el que “jugaba en casa” de manera más literal. La banda completa, con batería, guitarras y teclado nos hicieron bailar al ritmo de temas tan conocidos como “Friday”, “Let me try” o “Revolution”. Contaron con la presencia de todos los componentes de Varry Brava en el escenario para bailar y animar al público en la recta final de este B-Side Festival.
Para los asistentes que todavía tenían fuerzas, Dj Amable, de Razzmatazz, preparó una sesión para bailar hasta el cierre del festival.