Hay festivales que se merecen una crónica y hay festivales que merecen una oda (y una ola). Todo eso y mucho más es lo que se merece Sonorama, festival que se convierte por magia de la literatura en protagonista y héroe de esta historia y que cumplía su mayoría de edad, 18 ediciones, pero que realmente nos da unas lecciones de madurez, de sensatez y de felicidad que parece que lleva siglos haciéndose y haciéndonos felices. Es lo que tienen los héroes.
Como cualquier oda, esta comienza en viaje, el viaje de un héroe que quería demostrar al mundo que sus 18 años suponían ese cambio, ese matiz, ese dejar la adolescencia atrás, y claro, en cualquier aventura se viven solo algunos rincones del viaje porque es imposible verlo todo, vivirlo, llegar a esos recodos imposibles, pero en este caso el viaje se basa en una serie de polaroids que reflejan algunos brillos de un Sonorama que tuvo un detalle inmenso al programar un homenaje al maestro Morente sabiendo de la dificultad, pero nuestro festival es un héroe valeroso que lo mismo llama a Vetusta Morla que a los Toreros Muertos, aquí hay para todos los gustos, nadie podrá decir nunca que no encontró su hueco en la mochila de nuestro héroe.
Estábamos con el Homenaje a Morente (nuestro viaje empezó jueves), largo, disfrutado por la familia, sentido en el público, arriesgado, difícil, y de repente había polaroids en otra zona, tres escenarios, una carpa, público feliz, tantas y tantas polaroids que la primera noche se desvanecía entre Dorian, Marlango, Monarchy o Dinero. Y con unos triunfadores Australian Blonde, que si algo sabe hacer bien nuestro héroe, es respetar al pasado, interiorizar de los músicos que llegaron, vieron y vencieron y rescatarlos del olvido. Polaroids.
De repente era viernes y las sonrisas de la Plaza del Trigo eran compartidas por Jacobo Serra, Belize y Full con los miles que se agolpaban bajo un cielo nublado a ratos, el sol también sonreía a nuestro héroe dejándole un respiro mientras La Habitación Roja desgranaban un set de versiones que solo se puede vivir en este sitio, mágico, aunque el respiro fue corto porque inmediatamente nuestro héroe se desplazaba a la Plaza del (Buen) Rollo donde se vivía uno de los momentos más divertidos del día con Corrientes Circulares Dj Set, máscaras de Soldado Imperial por delante, y una entrada a lo Hawaii 5.0 que dejaba paso a una lucha de una hora a ver quien reía más, quien sonreía más y quien se divertía más. Nuestro héroe feliz, asistía encantado viendo como su propuesta de sacar un festival del propio festival y acercarlo al público, a la ciudad, tenía la más bonita de las recompensas con el lleno más grande posible. Y así hasta un final apoteósico con máscaras de Walter White y Jesse Pinkman (esa enorme Breaking Bad). Por el camino RATM, Los Fresones Rebeldes o Nirvana. Combinaciones imposibles. Polaroids.
Pero esto no acababa aquí, era solo el principio porque Corrientes Circulares, tras fotos, abrazos y besos volaban raudos a otra cita, la que Tardeo Special Party estaban montando en la Plaza de la Sal, donde ya estaba nuestro héroe, junto a cientos, quizá miles, y desde lo alto del autobús de Red Bull, Tardeo y Corrientes Circulares se juntaban, se fusionaban, que bonita la amistad, para acabar tras confetti, pegatinas y regalos, con ovación. Y cuando nadie lo esperaba… sonó Chimo Bayo y la Plaza de la Sal se vino abajo. Más felicidad.
Y de ahí corriendo al recinto, donde ya esperaban Smile (y su siempre inmensa ‘City Girl’), Julián Maeso (que forma de tocar, que forma de hacer vibrar), Grupo de Expertos Solynieve (déjame vivir con alegría), Arizona Baby (que difícil explicar con palabras el ROCK personalísimo de Javi Vielba y los suyos) y parada en Jero Romero (5 músicos, recogidos, cercanos, en 5 metros cuadrados, desdeñando el resto del escenario, jugando de memoria como el Milán de Sacchi, dejándose llevar por Grietas y Cabezas de Léon, la estampa perfecta de lo que debería ser una banda). Y respiro, al héroe le brillan los ojos, puede que llore de emoción mirando al cielo y recordando a todos los que han hecho posible este viaje… Pero no, el torbellino de felicidad arrastra y engulle a todo el mundo bajo los acordes de Calexico (¡con Depedro1), si el fin de mundo llega algún día que nos pille a todos así, bailando, juntos, todos somos familia, todo el mundo se mira a los ojos y se reconoce, abrazo común entre miles de personas que se desplazan hasta Clap Your Hands Say Yeah, el cambio de sentido idóneo para sentir el Viento de Cara de Supersubmarina. Antes Mi Capitán ha conquistado y todavía queda noche, faltan The Royal Concept, la M.O.D.A y 2ManyDjs o Joe Crepúsculo, pero hay más polaroids en el recinto, antes Jacobo Serra y Depedro se han entregado a Leaozinho, la causa solidaria a la que nuestro héroe, aliado con Ángel Carmona (Radio3) se ha lanzado en cuerpo y alma. Que bonito aperitivo nos habían regalado sin saber lo que vendría al día siguiente…
Y llegó el sábado, última parada del viaje de nuestro héroe que, en un giro argumental inesperado, nos tenía reservada la más bonita de las sorpresas. Pero no adelantemos acontecimientos porque antes hubo conciertos de Tortel (bravo), Señores (ole) y Rufus T. Firefly (enormes, inmensos, ovación). Y la sorpresa final de la Plaza del Trigo (¿serán capaces de superar esto el año que viene?). Y aquí es donde hay tantas emociones, tantos sentimientos que es difícil de explicar, vayamos por partes. De repente nos encontramos encima del escenario de la Plaza del Trigo (literalmente) y hay una pedida de mano. Tal cual. Por supuesto dijo si, eso no podía tener otra respuesta. El público aplaudía como si del beso de Iker Casillas y Sara Carbonero tras ganar España el Mundial se tratara, y en ese ambiente romántico, Javi Ajenjo, el alma de todo, el alma de todos en Sonorama, anuncia que la sorpresa de este día tiene todo que ver con Leazinho, que Aranda de Duero se va a fusionar con Río de Janeiro de la mano de nuestro héroe y cede el micrófono a Ángel Carmona, que con Aloha Carmouna, banda formada por miembros de Mucho o The Right Ons (cuanto se os quiere Miguel, Martí, Rams…), hace que todos seamos una voz y que se sucedan actuaciones de Xoel López, Pucho de Vetusta Morla, Zahara, John de Smile, Ángel Stanich o Marc de Sidonie interpretando respectivamente ‘Turnedo’ de Iván Ferreiro, ‘Ser Brigada’ de León Benavente, ‘Que no’ de Deluxe, ‘On my mind’, de The Sunday Drivers, ‘Mi realidad’ de Lori Meyers y ‘Club de fans de John Boy ‘ de Love of Lesbian en un momento único, inspirado, que unió a todo el público con todas las bandas de nuestro país, da igual si cantaban o eran versioneados, da igual si estaban arriba o abajo, da igual si tu banda fue una de ellas o no porque todos fuimos uno, Aranda tenía playa brasileña, las voces se escuchaban en las favelas y alguna lágrima no se pudo reprimir. Los abrazos en el escenario los fuimos sintiendo, el sudor, los besos, carne y música, el momento perfecto. La tormenta perfecta. Magia. Polaroids.
Y sin tiempo para recuperarnos, y mientras la Plaza del Rollo y la Plaza de la Sal seguían su idilio con el público, corríamos con nuestro héroe para asistir a la gloriosa última noche, el colofón, el torbellino desatado por Ángel Stanich (huracán sobre el escenario), el tsunami de Zahara y su banda (con bailes entre el público, actitud rockera), la clase y la elegancia de unos siempre ganadores Mercromina (hay evolution en un mundo tan pequeño…), y de repente, el concierto de conciertos: Xoel López. Y hacemos parada, nuestro héroe respira porque hay otro héroe a su altura, un músico tan grande como un festival, un valiente que se sube al escenario principal solo, sin acompañantes, y que se saca un concierto de la manga como si fueran 20 músicos en el escenario, toca todos los instrumentos, los que tiene y los que no (si no los tiene los imita con su voz) y cuando ya tiene al público ganado para los restos, sin tiempo a dejar asimilar, se versiona a si mismo, y se saca de la chistera el ‘Que no’ de Deluxe. Vimos gente llorar. Prometido.
Tras el terremoto Xoel nueva carrera a Bigott y su especial forma de ganar, Anna Calvi (¿como puede caber tanta voz en un cuerpo tan pequeño?), Correos (ya están un paso más cerca de su sueño en el escenario principal) y de repente Vetusta Morla… Quedan pocos adjetivos que aplicar a Vetusta Morla, pero que en pleno escenario principal se acordarán de su concierto en la Plaza del Trigo de 2008 dice mucho de una banda que no olvida de donde viene y sabe adonde va. Y gana, y conquista y triunfa. Y cada vez son más sus fieles. No tienen techo. Ninguno. Tan solo el que ellos quieran.
En otra parte, mientras, Aloha Carmouna, con esa bandaza, sorprendía a los que escuchan cada mañana su ‘Hoy empieza todo’ y tras Vetusta Morla, Neuman y su elegancia destilaban emoción en cada tema para dejar vía libre a los siempre divertidos Sidonie, encargados esta vez de cerrar el escenario principal de Sonorama… Aún hay hueco para Carlos Jean o Eme Dj, y no hay que olvidar los acústicos para Leaozinho de Mikel Izal y el propio Paco Neuman, o el conciertazo de Berri Txarrat, porque Sonorama, nuestro héroe, tiene para todos…
Cerrar Sonorama este año fue difícil, por un lado el cansancio pedía tregua pero por otro lado nadie quería acabar, nadie se quería despedir. Lo bueno de esta historia es que nuestro héroe volverá el año que viene. De hecho ya ha avisado de sus fechas. Y tendrá un año más y un reto casi insuperable que superar. Y lo más bonito de todo es que lo conseguirá, no sabemos como, pero lo hará.