La Guerra de Festivales ha asistido feliz a la décima edición de Spring Festival y a un cambio esperado que, además, ha cumplido con las expectativas e incluso nos deja la seguridad que este festival irá a mejor en próximas ediciones.
Tal y como si del título de una película de Star Wars se tratara, Spring Festival llegaba a su décimo aniversario con un cambio en su promotora que se ha traducido en una evolución feliz y celebrada, ya que Producciones Baltimore desarrolló toda su experiencia en Low Festival y en WARM Estrella de Levante (entre otros) para conseguir que la ciudad de Alicante volviera a vibrar durante todo un fin de semana.
Para empezar el festival estaba mucho mejor organizado, entradas, salidas, distribución e incluso cartel. El sonido cumplía las expectativas, la zona de baños y de comidas estaba justo donde tenía que estar y el cartel… el cartel te puede gustar más o menos, pero cuando menos era adecuado, empezando por sus cabezas de cartel, Los Planetas e Izal, y terminado por el éxito de bandas como Rufus T. Firefly o Varry Brava.
De hecho esos fueron especialmente los conciertos destacados, Los Planetas comenzaron sobrios, templados, no lograban calentar, mientras cientos de seguidores los esperaban con ganas, deseando volver 20 años atrás y pasar una semana en el motor de un autobús grabándolo todo con una super 8 y escuchando pop. Es lo que tiene desear vivir en plena unidad de desplazamiento. Y sucedió. Cuando todo parecía perdido, cuando casi estábamos a punto de arrojar la toalla Jota y los suyos, golpe a golpe en la batería de Eric, nos transportaron a una época en la que el indie era más indie y escuchar a Los Planetas nos hacía sentir muy cool. ‘Jose y yo’, ‘Alegrías del incendio’, ‘Himno generacional #83’, ‘Un buen día’… Uno tras otro, sin descanso, Los Planetas nos hicieron sentir más jóvenes, altos, guapos y fuertes, hasta que sonó el golpe de batería más eterno y simbólico, el de ‘Segundo premio’, y el concierto terminó en un suspiro de amor, una mirada en la que aún hay fuego y deseo.
Antes La Bien Querida (que también hizo su cameo en el concierto de Los Planetas con ‘No se como te atreves’) nos sorprendía con esta nueva alegría suya que transmite en los conciertos, y Los Punsetes, tan Punsetes como siempre, soltaban todo su repertorio como si ametrallaran al puerto de Alicante.
Tras Los Planetas destacaban Dorian, con nuevo disco en el mercado pero recordando sus grandes éxitos. Y entre concierto y concierto mucha sesión dj que alegraba casi tanto o más que algunas actuaciones. El punto y final a la noche lo ponían unos Varry Brava que empiezan a ser muy grandes, muy divertidos (eso siempre lo han sido), muy queridos y muy celebrados, lo mismo alguien tendría que hacerles caso cuando año tras año, medio en broma medio en serio, insisten en aquello de “Varry Brava a Eurovisión”. Viernes terminado, ganas de sábado.
Y el sábado arrancaba con un tardeo muy alicantino con nombres tan enormes como Horacio y Toni, estrellas de Confetti, con la sesión del siempre divertido Anibal Gomez (mitad de Ojete Calor, no sabemos si es Ojete o si es Calor), y un concierto tremendo, espectacular, descomunal de Rufus T. Firefly que cada día crecen más, se agigantan y ofrecen un espectáculo que debería ser estudiado en las escuelas de música y puesto al resto de bandas nacionales e internacionales para que entiendan el significado de las palabras actitud y compromiso.
Tras Rufus T Firefly, L.A. intentaba mantener el nivel, e incluso en algún momento lo conseguían mientras la tarde se iba poniendo, con nubes de fondo, y el mar iba golpeando el puerto insistentemente, como el Real Madrid, que avanzaba hacia su decimotercera Copa de Europa (en homenaje a Los Planetas) en las pantallas que el festival habilitó.
Izal. Miles de personas. Estaremos todos de acuerdo en que esto ya va asociado. De hecho Izal consiguieron que el aforo prácticamente se completara, que el recinto se llenara como no lo estuvo la noche del viernes y que esas miles de personas cantaran como en un karaoke los himnos (porque ya son himnos para muchos) de la banda liderada por Mikel Izal. Un día quizá también se tendría que estudiar la progresión de estos músicos que no hace muchos años sonaban en maquetas en Corrientes Circulares y ahora podrían llenar estadios. Trabajo, más trabajo y más trabajo. Y mucha ambición.
La Casa Azul hizo bailar, sobre todo porque Guille Milkyway es un verdadero genio y un talento puro, mientras que WAS pusieron la sonrisa y la guinda perfecta de electrónica pop elegante y divertida y Alex Metric el punto y final a una edición en la que asistimos 20000 almas. Mientras, en el escenario Jägermusic destacaban especialmente la sesiones de Yiorch y de Jes Set.
Y casi sin querer se acababa Spring festival, con la sensación de que esta aventura, aunque era su décimo aniversario, acaba de comenzar. Muchos sentimos el despertar de la fuerza y fuimos conscientes que esto tiene mucho potencial para crecer. El año que viene lo descubriremos.