Ha llegado noviembre y parece que viene cargado de buenos discos bajo el brazo, entre ellos el ya anunciado para el 17 de noviembre ‘Sueños y Pan’ de Xoel López, su disco número 14 tras más de 20 años de trayectoria musical, un trabajo que será editado por Esmerarte – Altafonte y que da continuidad a Atlántico (Esmerarte 2012) y Paramales (Esmerarte 2015), su últimos trabajos que le han llevado a girar por todo el territorio nacional asentando a Xoel López como un músico total, un todoterreno capaz de ganar adeptos en cada uno de sus conciertos atrapando al público con letras ensoñadoras, una voz adictiva y un estilo muy personal de hacer bailar y sentir como propias historias las historias que cuenta.
Y para que la espera no se haga tan larga Xoel López acaba de lanzar un segundo tema de adelanto. Tras conocer ‘Jaguar’, ahora ha llegado el turno de ‘Cometa’, un tema que Javier Becerra ha descrito así:
“Cometa adelanta parte de la tensión que serpenteará por el nuevo álbum de Xoel López. Con ese particular tacto sintético y juguetón de los ochenta -el que miraba a África sin disimulo y que tan bien recuperó hace unos años Vampire Weekend- el artista habla en pasado. Se trata de una sensación muy concreta pero, a su vez, tan abstracta que toma cuerpo ideal entre metáforas, estribillos y melodías. «Yo fui hijo de todas las madres / y fui huella de todo camino / Fui cometa de todos los cielos / y de todos los sueños perdidos», canta. Justo en ese preciso momento se emprende el vuelo. La guitarra cruje. La electricidad levanta el estribillo. La voz se abre por unos segundos en un semifalsete maravilloso. Y la curva se dibuja finalmente con el temblor exacto. Pura ambrosía para los oídos.
Xoel escribe desde ese mismo hogar que su hijo ponía patas arriba en “Jaguar”, el anterior single. Ahora mira «más allá de estas cuatro paredes». Ahí se encuentra el mundo de fuera. El de la aventura y lo desconocido, que tanto frecuentaba antes. El que en el título llama sueños. Sí, ha llegado la madurez. Pero, la de verdad, no aquel simulacro posadolescente teñido de melancolía al que algún día llamamos así. En ese tira y afloja de los sueños y el pan (esto es: la realidad, el alimento, las necesidades básicas, lo tangible…) se encuentra el equilibrio que guiará el disco. Cuando los saxos emergen descarados -¿alguien habló por ahí del “Call me Al” de Paul Simon?- ya has quedado prendado definitivamente.
“Cometa” se destapa como una joya por sí misma. Lo será aún más dentro del elepé. Además, anuncia otra constante: el nuevo repertorio ha sido compuesto, en su mayoría, dentro en la dinámica de conciertos del artista. Lleva en su ADN el escenario. Ahí crecerá mucho más todavía. En breve lo comprobaremos todos.
Javier Becerra.