Muchas veces detrás de los nombres de las bandas que han marcado nuestras vidas hay historias curiosas. Otras veces no. Esta es la historia de porqué Suede se llaman Suede.
“Una noche, durante el descanso entre los teloneros y los cabezas de cartel, Bernard, Justine y yo nos sentamos en las escaleras a fumar. Habíamos llegado al punto en el que andábamos buscando un nombre y sinceramente no recuerdo la historia que hubo detrás, pero sí que sencillamente me volvía hacia ellos y les pregunté: “¿Qué tal Suede?”.
Resulta interesante cómo por el hecho de estar en un grupo muchas veces me piden que justifique, explique e intelectualice cosas que en retrospectiva parecen simplemente instintivas. No recuerdo que existiera una lógica especialmente sólida detrás de la elección de nuestro nombre más allá del simple hecho de que sonaba bien. Más adelante, los periodistas me obligaron a adherirle una historia al apelativo, y yo intenté complacerles amablemente parloteando acerca de conceptos de “belleza a través de crueldad” y haciendo referencias a canciones de Elvis o de Morrisey.
La verdad, sin embargo, es que me gustaba cómo sonaba y cómo quedaba visualmente, y a veces, en la música y en la vida, eso es lo único que de verdad importa. Así que nos llamamos Suede y, armados con aquel nuevo ímpetu y aquella nueva identidad, seguimos resueltamente hacia adelante”.
Brett Anderson. “Mañanas negras como el carbón”. Editorial CONTRA.