Hoy hace seis años y a veces parece que solo haya pasado una décima de segundo y que Antonio Vega no se haya ido a pasear al sitio de mi recreo cual ángel de Orión.
Hoy hace seis años, en el hospital Puerta de Hierro de Madrid, Antonio Vega nos dejaba esperando nada. Fue una lucha de gigantes por caminos infinitos, durante estaciones, a medio camino entre la hora del crepúsculo y antes de que salga el sol.
Hoy hace seis años nos dejó una desordenada habitación donde habitaba la chica de ayer, todo lleno de papel, de palabras, de tesoros…
Hoy hace seis años que Antonio Vega bebía el elixir de juventud, y se dejaba llevar por ti hacia océanos de sol con sonrisa de ganador.
Entre tu yo, querido Antonio, hoy hace seis años que pasaste de ser un ángel caído a convertirte en la anatomía de una ola y, mientras te decía háblame a los ojos me respondías, haciéndote inmortal, ‘no me iré mañana‘…
Y no te has ido…