Mogwai nunca ha sido uno de mis grupos de cabecera. Si bien es cierto que tienen álbumes memorables como Come On Die Young, Rock Action o sobre todo Young Team (ya queda muy lejos el debut de 1997) podríamos habernos evitado buena parte de la primera década de 2000.
En los últimos años parece que remontaban el vuelo debido en buena medida a la entrada en sus composiciones de teclados y elementos electrónicos. Tal vez en esa mezcla junto con la distorsión de toda la vida (marca de la casa) esté el camino por donde la banda escocesa podría continuar de cara a un futuro, algo que sin duda sería buena noticia.
Lo más reciente y buena muestra de lo que decíamos es el último disco que editaron en 2014, Rave Tapes. A mi juicio se quedaron a medias, alternando temas que podrían estar entre sus mejores composiciones (Remurdered o The Lord Is Out of Control) con bodrios memorables a la altura de la banda sonora que hicieron para la película Zidane: a 21st Century Portrait.
En cualquier caso, en Rave Tapes hay temas para celebrar, pero todavía faltaba una sorpresa en un EP editado meses más tarde: Music Industry 3. Fitness Industry 1. El EP en sí no vale nada (no más EP’s con remixes infumables por favor), pero contenía una joya que desde aquí ponemos en los escalones más altos de lo que ha hecho Mogwai jamás.
El tema que lo abre, Teenage Exorcists, es un hit de tres minutos y medio llenito de distorsión que es una maravilla. El vídeo realizado por Craig Murray es otra de las cosas que no queríamos dejar pasar. Al fin y al cabo esta sección iba de eso.