En los tiempos que corren no es fácil ser testigo de actos de libertad en los que solo el sentimiento y los ideales son los que hablan. Da igual cómo, si a través de la melodía de una guitarra, el dulce sonido de un teclado o las cómplices miradas de quienes se encuentran sobre un escenario haciendo lo que mejor hacen; convertir el arte en vida.
El día 4 la mítica sala Madrileña Libertad 8 fue testigo de uno de esos actos, en el que las voces de Adriana Moragues y Fredi Leis, fueron los protagonistas de una veladas entre amigos que dibujó una sonrisa en los labios a más de uno difícil de borrar. Anécdotas, versiones, canciones inéditas e incluso los nervios de quien pisa por primera vez un escenario, tan relevante en la escena de autor, hicieron de las casi dos horas de concierto una coctel perfecto para la noche del jueves.
Siempre he pensado que Galicia tiene algo de magia y anoche volví a sentirla una vez más ya que fue allí donde conocí tanto a Adriana como a Fredi. Poder verlos juntos sobre el escenario fue como un soplo de aire nuevo, una vuelta circular que consiguió unir el norte y el sur en uno, haciendo desaparecer limites y distancias, compartiendo con los allí presentes una única melodía; La formada por aquellos que luchan por hacer oír sus voces y reivindicar que la cultura no es un privilegio sino un derecho y una forma de vida: Su vida.
Para quienes están alejados del circuito de cantautores igual estos nombres no resultan familiares, pero para muchos otros se han convertido, gracias a las redes sociales, en dos voces más que conocidas con algo en común; su forma de saltar a los escenarios. Adriana pasó de ser una asidua de salas de autor a subirse a un escenario por sorpresa, de la mano de Ángela Biedma. Un impulso que le llevó a los 23 años a cambiar sus apuntes de ingeniería por dar vida a las canciones que garabateaba en sus clases. Hoy pocos años después, su voz cálida y llena de matices suena con la madurez y la seguridad de quien lleva años sobre las tablas. Quizás porque aunque no contemplaba la posibilidad de dedicarse a la canción, el arte que hay en ella ha podido más que los obstáculos de quien intenta hacerse un hueco en la música.
Durante el concierto pudimos disfrutar de sus canciones, tanto de aquellas que más satisfacciones le proporcionaron en sus comienzos como ‘Lo que fui antes de ti’ a temas inéditos como ‘Bambalinas’, que ira incluido en su primer disco que vera la luz en breve. Y es que aunque para éste quería dejar algunas canciones sin desvelar, no pudo resistirse a tocarla en una noche en la que no fue la única canción que se interpretó por primera vez en público, ya que Fredi Leis hizo lo propio con ‘Pero conmigo’, una preciosa canción que habla del deseo de volver a ver a alguien de quien ni siquiera sabes su nombre.
Para Fredi Leis era su primera visita a Libertad 8, un sitio al que siempre imaginó ir para ver algún concierto como los que veía a través de YouTube, pero no como protagonista. En su caso el salto a los escenario se dio gracias a su éxito en la plataforma musical soundcloud.com, donde ha superando las 160.000 reproducciones. A sus 25 años Fredi ha conseguido gracias a esta plataforma dar luz a las canciones que compone en su particular “cueva de autor”. Un pequeño estudio de grabación en su propia casa donde autoproduce y graba el mismo sus temas. Un lugar donde da vida a historias cercanas, tanto que cualquiera puede verse reflejada en ellas al igual que un espejo, y es que para este cantautor gallego la música siempre ha sido una válvula de escape.
En el concierto pudimos verle nervioso, él mismo lo reconocía, pero esto incluso le dio un tono más emotivo a los temas que fue interpretando. Acariciando el piano, envolviendo sus letras con una voz llena de fuerza, sincera que atrapo a quienes terminaron cantándole ‘Santiago DC’ al final del concierto a modo de agradecimiento, el mismo que recibió su ‘partener’ a quien pidió cerrar el concierto.
Por separado tanto Adriana Moragues como Fredi Leis son dos grandes profesionales, pero lo que consiguieron en la noche del jueves en Libertad 8 fue una unión perfecta. No fue un concierto de dos cantautores, fue uno solo en el que compartieron canciones de uno y de otro llegando a olvidar qué canción era de quién. Dos horas en las que el reloj parecía pararse ante el sentimiento, la sencillez, y la cercanía que envolvió una sala que colgó el cartel de sold out para disfrutar de una noche como pocas, llena de libertad musical.
Bianca Ruano