La edición del Festival Internacional de Zaragoza de este año ha estado marcada por la calidad de sus conciertos, concentrados en una sola noche y en un solo escenario.
De todos los conciertos que pudimos disfrutar, empezamos con Standstill, que propuso una puesta en escena oscura, misteriosa, pero a la vez acogedora. Realizar el concierto en un pabellón cerrado posibilitó que se pudiera jugar con las luces, sin ninguna luz frontal, sólo con luces interiores y contraluces que llenaban de sensaciones el ambiente del escenario, ya estuviera despejado o cargado con el humo que llenaba de magia la escena. Después de Rooom han visto claro el camino de la puesta escénica como parte del espectáculo que ofrecen.
Standstill salió a escena con su formación completa, mezclando potentes guitarras con instrumentos de viento, una contundente batería con teclados que marcaban un ritmo que sólo podía invitar a bailar. Con temas como “Adelante Bonaparte” la gente se entregó al máximo con la banda catalana que se estrenó en el festival zaragozano.
Después sería el turno de Vetusta Morla, la gran apuesta española del festival y que llenó l sala hasta los límites. Los de Tres Cantos tienen un público fiel y que crece día a día, como su buenhacer encima de los escenarios va asentándose en cada concierto. Vetusta Morla era una banda consolidada antes del estreno de “Un día en el mundo” que les llevó a la fama, apoyándose en sus pilares básicos. Unas letras muy trabajadas, una forma de entender el rock fuera de los cánones, y una idea de autogestión de la banda y de la forma de distribuir su música que, aunque en este segundo disco está más condicionada por todo lo que rodea a un grupo afamado, siempre les ha dado esa seña de identidad independiente y libres de ataduras.
Vetusta Morla llenaron con casi todos los temas de “Mapas” y muchos de “Un día en el mundo” la hora y media de actuación que tenían programada, sin sobresaltos, sin problemas, con temas ya clásicos como “Copenhague” o los nuevos “En el río” o “Boca en la tierra”. Un concierto en el que pudimos bailar en el poco espacio que teníamos, rodeados de 5.000 personas que corearon todos los temas casi al unísono.
Pero sin duda el gran cabeza de cartel del FIZ 2011 era James. El grupo británico empezó con una astuta puesta en escena, en la que Tim Booth empezó cantando desde dentro del público, guiado por un cañón de luz hasta el escenario donde lo esperaba el resto de la banda. Tim Booth se deshizo en bailes contorneantes y fue desgranando casi todos sus hits, a falta de algunos que se echaron de menos, aunque es imposible concentrar en un sólo concierto la cantidad de temas importantes e influyentes de una banda como esta. Temas como “Laid” o “Getting away with it” no faltaron en el repertorio de la noche en el FIZ
Aunque era el cabeza de cartel, el público era menos numeroso que en Vetusta Morla, probablemente porque entre la gente más joven no es un grupo tan conocido como ellos, y eso, junto al cansancio que se iba acumulando, hizo que disminuyese la cantidad de público. Sirvió para tener más sitio para bailar y para disfrutar al máximo de una experiencia única.
Al terminar James, con un bis con algunos afortunados del público cantando en el escenario, y una guitarra regalada a un fan más afortunado todavía, empezó el directo de Triángulo de Amor Bizarro. Los gallegos demostraron su forma de hacer rock, con la dureza y la distorsión que les caracteriza, llevándonos desde la monarquía a la criptocracía
Intensificando el nivel, y siguiendo la ley no escrita de los festivales que dice que siempre se debe de acabar con sesiones de baile, saltaron al escenario Delorean, para hacernos bailar hasta confundirnos con la música. Aunque en el piso de arriba había una zona de djs, sin duda Delorean convocaron a más gente para hacerles bailar y fue un gran triunfo de la música electrónica en directo.
Un gran festival que nos dejó con ganas de mucho más, más conciertos, más tiempo, y más diversión.
Me pareció mucho mejor concierto el de Vetusta Morla que el de James, también es cierto que no soy nada objetivo con VM :).
Lo de Standstill es una pasada, no hay concierto que vaya de ellos y no salga con ganas de mas concierto. Con letras nada sofisticadas, leyendo novelas mas que catando, pero que hacen que no puedas perderte ni un segundo.
De Vetusta Morla, no hay mucho mas que decir que si no los has visto, te estás perdiendo el mejor directo en España y con mucha diferencia sobre el segundo.
De James, el final fue apoteósico, el principio no tanto, igual es que tenñia tantas ganas de verlos después del SOS de hace unos años que me esperaba mucho mas.
Buen festival.