Día de récords en la jornada del sábado en Low Cost Festival. Antes de acostarnos y prepararnos para la tercera y última jornada nos informaban desde la organización y dirección del festival que se había llegado a la cifra de 21.000 lowers juntos en el recinto, superando ampliamente las mejores expectativas que se pudieran tener para este año. Un dato más que puso la guinda a una noche mágica vivida en esta cuarta edición de Low Cost Festival.
La tarde empezó con unas buenas dosis de pop preciosista para ir entrando en calor, con ritmos medios y voces suaves. En el escenario Lower abrió la tanda de grandes bandas Cosmonauta, que repetían en esta edición y que a pesar del calor desgarraron sus canciones entre aquellos lowers que desafían el sol mediterráneo, mientras que Anni B. Sweet hacía lo propio en el escenario Budweiser. Todo para un público que, sin las aglomeraciones de la pasada jornada, empezaba a llenar el recinto de manera pausada pero sin descanso. Las gradas del estadio Guillermo Amor y el césped, con más de medio campo lleno de gente sentada o en pie cantando las preciosistas composiciones de una Annie B Sweet en estado de gracia que hacía temblar corazones en el torbellino de sus notas y nuevos registros, eran indicio de que algo grande estaba por pasar esa noche.
A renglón seguido de Cosmonauta, Second atacó en el escenario Lower, con su potente puesta en escena de “15”, violín incluido. Un grupo de esta talla, con el calado que tienen y la repercusión de sus canciones no debería de haber estado relegado a ese horario y a ese escenario, cuando a otras bandas se le ha mimado más en este sentido y no alcanzan el nivel de estos murcianos. “Muérdeme”, “Rodamos”, “Rincón exquisito”… sonaron para delicia del público en esta nueva revisión de sus temas que ahora están presentando con un directo arrollador y una energía combinada con voz, técnica y comunión con el público. Second dieron un directo de sobresaliente bajo un horizonte plagado de nubes negras y rayos que nunca llegaron a hacer peligrar la noche pero que sirvieron de efectos especiales perfectos con el anochecer para dejar a los lowers encaminados hacía una noche grandiosa.
En el escenario principal pudimos disfrutar de otra banda que se acompaña de violines, mandolinas o sierras musicales en algunas de sus canciones, aportando sonidos poco comunes a los escenarios de festivales. Se trataba de la banda de pop londinense de Simon Balthazar, Fanfarlo, que nos llenaron con esa mezcla de pop y folk que hacen. Un concierto lleno de matices para degustar, saborear y vivir sin prisas, con la calma que caracteriza las buenas composiciones de Fanfarlo. Probablemente en este concierto hubiera mucha gente para verlos, pero también una gran parte del público cogía posiciones para el bombazo que estallaría poco después en el escenario principal.
Mientras tanto, Fuel Fandango, que habían sido abanderados de Low Cost Festival en muchas de las fiestas de presentación del festival, demostraban en el escenario Lower su mezcla de sonidos, a caballo entre el folk y el soul, entre los sonidos más enraizados de nuestra tierra, y el funk bailable. Nita enamoraba a todos aquellos que se acercaron, y fueron miles. Otro concierto de sobresaliente que se apuntaba Low Cost en esta edición. Como puede verse, casi iban a la par los escenarios en cuanto a propuestas musicales, como si de una gran sesión de Djs se tratase, pero no con temas, sino con conciertos bien sincronizados y enlazados.
A las 23:15, puntuales, estalló la euforia en el escenario Budweiser cuando Brian Molko salió a demostrar de nuevo que ellos eran la cabeza de cartel de este sábado de Low Cost. Prácticamente todo el mundo estaba allí, nadie se quería perder el que era el concierto de la noche. Si hace dos años una marea humana coreaba y cantaba sus temas en la plaza de toros en la segunda edición de este festival, en este caso, y en el campo de fútbol, una masa enfervorecida a la que la banda no dio tregua, pudo disfrutar durante casi una hora y media de los mejores hits de la banda, recorriendo de arriba abajo cada uno de sus discos, haciendo especial hincapié en Black Market y en Battle for de Sun. Se echaron en falta algunos temas como “Special K” o “Ashtray Heart”, pero nos supo a gloria el concierto. Hay que destacar dos anécdotas, una que al comienzo de la segunda canción advirtieron de “pequeños problemas técnicos”, y el fantasma del MTV Night de Murcia de hace unos años sobrevoló Benidorm, y otra es que estrenaron en exclusiva un nuevo tema para el público del Low Cost Festival. Placebo se han reinventado, Placebo siempre vuelven.
Dos grandes pesos de la música independiente actual en España, de hecho se disputaron entre ellos la mayoría de los premios UFI de este año, referidos a artistas y su labor como músicos, casi coincidían en el tiempo en sus respectivos escenarios. De un lado el pop electrónico, ligero, con tintes entre la melancolía y la autosuperación de La CasaAzul, el proyecto más conocido de Guille Milkyway, que repasó “La Polinesia Meridional” acompañado de un juego de luces y pantallas para mostrar más músicos de los que en verdad había en escena. De otra parte, los navarros “El Columpio Asesino”, triunfadores de los UFI volvieron a dar sus dosis de Diamantes, esta vez en el escenario Lower, para delirio del público cuando empezaron los primeros acordes de Toro, la canción del año y la más reconocida por el público en general.
Fue un precioso duelo que dividió a lowers y en el que todos ganaron y perdieron, los dos conciertos fueron intensos, memorables, únicos, y mientras El Columpio Asesino prendía fuego a la calurosa noche de Bonidorm, La Casa Azul demostraba que es un proyecto grande, inmenso, casi épico. La gota que colmó el vaso fue disfrutar de “Toro” mientras los lowers hacían temblar los cimientos de LCF y poco después comprobar como una marea humana, de punta a punta del Campo de Fútbol Guillermo Amor y bajo la intensa luz de los focos, se deleitaba oleandro “La Revolución Sexual”. Momentos que ya son historia en la historia de Low Cost Festival.
Citizens!, otra de las apuestas del festival que ya comentamos como noticia hace unos meses, reivindicaron su papel en el escenario, pese a tener una carrera discográfica tan breve, tienen carácter y nivel para estar en un festival de la importancia de este Low Cost Festival 2012. “Caroline” o “True Romance” hicieron las delicias de quieienes asaltaban el periodo entre las 2 y las de la mañana en el escenario Lower. El problema es que con un repertorio tan breve el final de su concierto supuso una parada musical en la noche, pues durante un buen rato coincidió que ninguno de los escenarios tenía a nadie actuando, y eso supuso un punto de inflexión en la noche. También este punto venía dado porque desde ese momento los ritmos iban a cambiar en el Low Cost.
En el escenario Budweisser una lona negra cubría el montaje que tenía preparado Etienne de Crêcy. Nueve cubos blancos donde se proyectaba un juego de luces espectacular, acompañando cada uno de los temas por formaciones de cubos que desaparecían, colores que formaban figuras geométricas, y juegos de lineas y volúmenes que tenían una complejidad admirable. Y disparos de electrónica acribillaron Low Cost Festival, mientras en el escenario Lower Make the Girl Dance no quisieron ser menos y decidieron hacer reventar las suelas de las zapatillas de un público que parecía crecer conforme avanzaban las horas y que culminó la fiesta con el dúo de Djs The Zombie Kids, llevando de nuevo la música y las ganas de pasarlo bien hasta el amanecer, un territorio en el que son verdaderos expertos.
Como fuimos contando vía twitter cuando vimos las nubes de tormenta que amenazaban el Low Cost durante el concierto de Second, que el fin del mundo nos pille bailando. La tormenta no llegó, pero para entonces los lowers ya habían decidido bailar y nadie los iba a parar…
Redacción:
David Verdú
Jorge Fernández
Fotografía:
Jose Luis Martín