Se acabó el verano. Nos quedamos sin terrazas, piscinas, tardes largas y la adorada jornada intensiva. Pero entre tanto “pero”, valga la redundancia, hay un par de cositas que nos dan la vida a más de uno. Una de ellas es, sin duda alguna, el comienzo de la temporada de conciertos en sala. Los festivales nos encantan pero el punto de intimidad y cercanía que se alcanza en local pequeño es un imprescindible. La segunda alegría del otoño es la vuelta a la calidad en las salas de cine. El comienzo de películas que en unos meses estarán en las nominaciones de premios gordos, dorados, plateados y antesala de los bronceados, más las que vienen de festivales. Y encima se deja de pasar frío en las salas. Lo más.
Una de las películas que ha llegado este otoño, como un soplo de aire fresco y melancólico, es God Help The Girl. Creación de Stuart Murdoch, líder de Belle & Sebastian, y vuelta de tuerca a los musicales que se han estrenado en los últimos años, donde nos encontramos las canciones del grupo ficticio liderado por los tres protagonistas y entre número y número musical, banda sonora con clásicos de los escoceses, que suena con la misma naturalidad que The Who en Quadrophenia, y charlas que podrían ser parte de cualquiera de las conversaciones de la tienda de discos de Alta Fidelidad.
Pero esta sección se llama Corrientes Vintage, no Cahiers du Cinéma Circular, así que voy a centrarme en esos detallitos que me han llamado la atención y hacen viajar a esa década, la de los 60, que tanto me gusta. Detalles como la relación de los tres amigos, que recuerda a ciertas escenas de Band à Part, obra maestra de la Nouvelle Vague, en general, y de Jean-Luc Godard, en particular, y que ya fue “homenajeada” (junto a Les Enfants Sauvages) por Bernardo Bertolluci en Soñadores. Los paseos con largas charlas, la carrera por Glasgow o, por supuesto, los bailes de los protagonistas, traen ese halo de nostalgia que envuelve a este musical pop.
Escenas como el número donde suena Musician, Please Take Heed, hacen que la cabeza empiece a hilar a 100 por hora, resonando Pretty Ballerina de Left Banke y recordando estéticamente desde escenarios de Blow Up a vídeos como Don’t Look Back de She & Him, porque de estética, queridos, Zooey Deschanel también tendría mucho que opinar en esta película.
También, y no por década de las películas, aunque sí de sus bandas sonoras, podría mencionar a Wes Anderson, del que ya escribí largo y tendido hace unos meses. Además de que God Help the Girl comparte productores con algunas de las películas. Y es que hay escenas, imágenes, que por simetrías, colorido, vestuario… recuerdan mucho a ciertas escenas de Anderson. Casualidad o no, nunca lo sabremos.
Y por último y haciendo de nuevo mención a Alta Fidelidad, porque de música sabe mucho Nick Hornby, una frase que viene a la cabeza al ver esta película… ¿escuchaba música pop porque estaba deprimido, o estaba deprimido porque escuchaba música pop?